Por: Julio Sarmiento Gutiérrez
La identidad regional, base de la identidad
nacional, tiene como elemento importante para lograrla, el conocimiento del pasado,
de la trayectoria de los hombres que desde la aurora del Perú vivieron en este
espacio y nos dejaron un legado valioso digno de conservar. Hace diez mil años,
grupos trashumantes arribaron a esta zona y muestra de ello son los restos líticos
encontrados y estudiados por Augusto Cardich y corroborados por los fechados radio
carbónicos de hallazgos orgánicos en la Cuenca 1 de Cumbe. Para alimentarse
estos hombres cazaban cérvidos y cuyes silvestres (Cavia Porcellus).
Gracias a su capacidad
creadora y capacidad de adaptación, forjaron una cultura que en la actualidad
es admirada por sus logros en el campo de la civilización y que debe constituir
un timbre de orgullo para los que nos consideramos sus descendientes. Orgullo
sí, por cuanto hace 3500
Canal Cumbemayo |
Los arqueólogos
japoneses desde 1960 se interesaron por nuestro pasado, es así que van a
realizar importantes hallazgos en Kotosh, departamento de Huánuco, expedición
que fue dirigida por el Dr. Seiichi lzumi. Posteriormente se realizarán
estudios en el norte, en el yacimiento de Pampas, departamento de Ancash y
luego en Cajamarca. En el año 1979 la expedición dirigida por el Dr. Kazuo
Terada, conjuntamente con un selecto equipo de arqueólogos y antropólogos
realizaron excavaciones en Huacaloma, las que continuaron en 1982-1985 y
1987.En este año falleció en su patria el Dr. Terada, a quien desde estas
columnas le rendimos nuestro reconocido homenaje, por cuanto gracias a su
capacidad profesional y entrega casi mística al trabajo científico, en la
actualidad se cuenta con una secuencia arqueológica de la Cultura Cajamarca, lográndose
así esclarecer muchos aspectos desconocidos de nuestro pasado. En 1988 la misma
expedición bajo la dirección del Dr. Yoshio Onuki consideró los yacimientos de
Huacaloma y Kuntur Wasi, este ultimo en San Pablo
Se ha logrado
determinar hasta cuatro fases en la etapa Pre Cajamarca o sea anterior a lo que
se denomina Civilización Cajamarca.
A la primera fase la
denominan Huacaloma Temprano. Los restos de este periodo se ubican a dos
kilómetros al sur este de la ciudad de Cajamarca, en la margen derecha de la
carretera a Jesús. En esta época se constituyó un conjunto de templos con
paredes hechas de cantería o traquita y enlucidas con tierra blanca. Se ha
encontrado un fogón en el piso, lo cual sugiere que el fuego tuvo función
religiosa. También se han hallado huesos de venado, animal que desempeñaba un
papel importante, tanto en la alimentación como en las ceremonias. El hombre de
Huacaloma ya confeccionaba objetos de arcilla (cerámica).Se le asigna una
antigüedad de 1500 años A.C.
Después viene la etapa
que los arqueólogos japoneses llaman Huacaloma Tardío y de la cual quedan los
restos de un templo en forma de terrazas que se comunicaban mediante
escalinatas de piedra. Las paredes estaban enlucidas y con pinturas murales, existiendo
indicios que usaron varios colores (rojo, negro, blanco, amarillo y verde-
azul).
Impresionante habría
sido este centro ceremonial. Las viviendas estaban organizadas alrededor de
este centro religioso y posiblemente la población habría sido relativamente
grande, la que tenía a la agricultura como la actividad económica principal. Además
se dedicaban a la crianza de cuyes y a la caza de venados en gran escala.
Pirámide Layzón |
Por el año 500 A.C. este
lugar perdió importancia como centro ceremonial y los hombres de esta época
construyeron otro templo en el cerro Layzón (El Ayzón) el cual está ubicado a 7
Kms. al sur oeste de la ciudad, siguiendo la carretera que conduce a Cumbe
Mayo. En la cumbre existe una pirámide cuadrangular trunca de 40 por 40 metros
y 6 metros de altura, encima de la cual se encontraba el templo principal. Layzón
fue un centro de control religioso, político y económico. No sólo se concurría
allí a rendir culto a los dioses, sino también se aprovecha para el intercambio
de productores, tanto del valle como de las zonas altas. En este período se
domesticaron las llamas y la agricultura alcanzó un gran desarrollo lo mismo
que la cerámica.
En Kuntur Wasi la
Misión Japonesa ha realizado importantes hallazgos. En 1989 dieron a conocer el
descubrimiento de tres tumbas debajo del piso del edificio central del conjunto
ceremonial. Las ofrendas de oro encontradas, en opinión del Dr. Onuki, datan de
mil años A.C. y constituyen las más antiguas de América: dos hermosas coronas
de oro, pendientes del mismo metal, cuatro láminas de oro para pectorales, 20
láminas pequeñas de oro y plata cortadas en forma de ave.
Después de esta etapa
denominada Formativo, se sucede la Civilización Cajamarca, que en la década del
40 fue estudiada por H. Reichlen y que los arqueólogos japoneses la han divido
en cinco fases: Inicial, Temprano, Medio, Tardío, Final. Fue un reino de gran
prestigio en el norte del Perú por sus grandes logros culturales.
Por todo lo comentado,
creemos que los antecesores nuestros lograron un desarrollo cultural digno de
ser exhibido con orgullo. Los habitantes del valle de Cajamarca no fueron
tribus o behetrías, sino pueblos con una compleja organización política, económica
y social. Las evidencias existentes son muestras de un pasado glorioso, digno
de ser conservado, para que al ser estudiadas por las generaciones presentes y
venideras, reflexionen que los hombres de hace 3500 años ya habían dominado el
medio geográfico y se servían de él.
Tomado de la Revista El. Labrador, 15 de mayo 1994
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