"Cuando veas a un hombre bueno,
trata de emular su ejemplo y
cuando veas a un hombre malo,
indaga tus propias faltas".
CONFUCIO.
La historia de los dolores, de los martirios, de los sacrificios y de las vejaciones infinitas que sufren los desheredados de la fortuna, han tenido siempre una suerte adversa a sus aspiraciones; aquella clase que constituye el alma de un pueblo y el inmenso crisol de todas las razas, en cuyo seno han fundido los genios más altos y luminosos de la Humanidad, son los obreros que con la mano encallecida saben siempre triunfar y dar a su pueblo a quien tanto aman, el impulso a la industria que ella necesita; ellos que han sabido conquistar con su esfuerzo la jerarquía del hombre sano, honrado y trabajador, que en un tiempo era considerado como un esclavo y por lo tanto situado al nivel de los irracionales.
El esclavo que era menos vil, puesto que no era nada entre las leyes de Atenas, condenaba a muerte al que asesinaba a un esclavo si este no le pertenecía, por destructor de propiedad ajena. Roma en el reino de Silas, sólo condenaba al asesino del esclavo a pagar a su dueño lo que "le había costado".
Los mercenarios de esclavos corrían tras de los ejércitos para comprar a los cautivos y prisioneros a los vencedores, como las aves de rapiña se guían a los verdugos de carne humana y los llevaban luego a vender por campos y ciudades.
Pero como nada es estable en la vida y como el devenir de las aguas de un río que cambia constantemente su curso, así esta clase obrera, con el correr de los siglos ha ido cambiando de posesión, ya sea para una mejor superación de vida social, como para tener derechos y obligaciones como las demás clases, colocándose luego en el lugar que le corresponde rodeado de las leyes que garantizan su trabajo y al mismo tiempo le brinda una mejor vida, sin taras y peso en su condición de obreros.
EL PRIMERO DE MAYO de 1866, luchan por conquistar una mejor y justa reivindicación y es por eso que un Sol de Otoño caía en un lugar de la plazoleta triste de Chicago, lugar donde hoy se cruzan dos avenidas y antes sólo servía para llevar a cabo la ejecución de los sentenciados a muerte.
El 2 de Noviembre de 1887 fueron fusilados cuatro hombres sólo por defender los derechos de los trabajadores. De uno a uno sufrieron la terrible tortura en la que cada uno veía alargarse el golpe de la muerte. Guardaban aún sus pupilas la imagen compañera del cadáver de uno de sus colegas condenados a muerte en fecha anterior y antes de seguir la misma suerte, uno de los cuatro condenados prefirió suicidarse antes de que la pólvora y el plomo abrumador de los fusiles, le quitara la vida.
Estos mártires del obrerismo, cayeron sin callar, salieron de sus gargantas la voz premonitoria de los profetas como si algo lo desgarrara dentro de sus voces y liberase filos hirientes que al salir trizaran las bocas sin dejar de enaltecer el grito de dolor.
Llega el momento de la ejecución para el resto, dos de ellos son ejecutados, cuyo cuerpo cae desplomado ante los ojos tranquilos y serenos de sus compañeros y uno de los restantes se adelanta y ofrece su pecho a los fusiles y grita: "Dejad que se oiga la voz del pueblo", nada se oyó, sólo la voz de los fusiles pudo ser escuchado.
Cuando uno de los sentenciados se defendía, entre otras dijo: "La verdad prevalecerá" y más tarde prevaleció.
Y el último expresó: "Salud, oh tiempos venideros, que nuestro silencio será más poderoso que nuestras voces que hoy se ahogan con la muerte". Esta salutación al futuro sirve de epitafio a la tumba que en el Cementerio de Waldheín, sirve de alta y último refugio a los héroes del trabajo.
El Congreso Obrero de Chicago, en 1850 denunció que en una parte de los Estados Unidos, la jornada de trabajo oscilaba entre las once y catorce horas. En justa protesta de tan criminal abuso, el Congreso pidió la jornada de ocho horas, aconsejada por médicos y sociólogos y entonces el Presidente Johnson decretó las ocho horas para los empleados públicos; esto dio origen a una serie de protestas por parte de la clase trabajadora y como el movimiento continuó en forma efervescente, los obreros exigían que la medida se hiciera extensiva a las empresas particulares y como no se llegara a ningún acuerdo, la agitación lleva a los obreros a la huelga general realizada el 19 de Mayo de 1886.
Ese día cincuenta mil trabajadores y seiscientos operarios fueron brutalmente agredidos por las fuerzas policiales, cuando se encontraban desfilando por las calles de Chicago. Los anarquistas entre tanto, habían declarado su oposición a la huelga y exigían medidas más radicales frente al ataque policial y a las represalias ordenadas por algunos industriales como Mc. Cormikc; que despidió a mil doscientos obreros, se realizaron mítines consecutivos en los días 2 y 3 de Mayo hasta conseguir que se establezca las 8 horas de trabajo y además otras mejoras en la vida del obrero.
Más tarde, como profetizara uno de los sentenciados, la verdad prevaleció. En honor de los mártires de Chicago, el 19 de Mayo que en la actualidad es el "Día del Obrero" y desde entonces comienza a escucharse la voz que anuncia la liberación y la justicia.
En nuestro país, el obrero goza de muchas leyes y además se han dado otras a favor de esta clase proletaria y entre ellas tenemos las siguientes —que unidas a las anteriores constituyen una constante preocupación por mejorar la vida del obrero en su aspecto económico, social y político.
- Decreto Supremo del 15 de Enero de 1919, fija la jornada de 8 horas.
- Decreto Supremo del 2 de Enero de 1921, sobre el contrato de trabajo.
- Ley N° 3010 del 26 de Diciembre de 1918, sobre el descanso obligatorio.
- Ley N° 2851 del 23 de Noviembre de 1918, sobre el trabajo de las mujeres.
- Ley N° 7515 del 29 de Abril de 1923, sobre el descanso y jornal del 1° de Mayo.
- Ley N° 7505 del 8 de Abril de 1932, sobre las vacaciones anuales.
- Decreto Supremo del 26 de Junio de 1934, sobre extras de trabajo.
- Ley N° 8514, del 12 de Marzo de 1937, sobre el trabajo a domicilio.
- Decreto Supremo del 14 de Setiembre de 1937, sobre salario mínimo.
- Ley N° 8951, del 3 de Setiembre de 1939, sobre intangibilidad de los salarios.
- Ley N° 9049, del 13 de Febrero de 1940, sobre el horario de Trabajo.
- Ley N° 10908, del 3 de Diciembre de 1948, sobre el salario dominical.
- Decreto Ley N° 11009, de 1949, se crea el Ministerio de Trabajo y Asuntos Indígenas.
- Decreto Supremo del 12 de Mayo de 1950, sobre indemnizaciones.
- ...
TRABAJA, JOVEN
Trabaja, joven; sin cesar trabaja
La frente honrada que en su sudor se moja,
Jamás ante otra frente se sonroja,
Ni se rinde servil a quién la ultraja.
Tarde la nieve de los años cuaja
Sobre quién lejos la indolencia arroja;
Su cuerpo al roble, por lo fuerte cuaja;
Su alma del mundo al lodazal no baja.
Pan que dá el trabajo el más sabroso
Que la escondida miel que con empeño
Liba la abeja en el rosal frondoso
Si comes ese pan serás su dueño
Más si del ocioso ruedas al abismo
Todo ser lo podrás menos tu mismo.
Lálixtro POMPA (Venezuela)
EL TRABAJO
Cuando el sol muestra por la mañana
dorados rayos tinta de grana,
Marcha el labriego tras su arado
Labrando el campo de su cuidado.
A él se consagra y él le sostiene
Y cuando obscura la noche
Feliz y alegre con su existencia
Despierta el sueño de la inocencia.
M. D. B.
TRABAJA Y PERSEVERA
Lo que no logré hoy, quizá mañana
lo lograrás; no es tiempo todavía;
nunca en el breve término de un día
madura el fruto ni la espiga grana.
No son jamás, en la labor humana,
vano el afán, inútil la porfía,
el que con fe y valor lucha y confía;
los mayores obstáculos allana.
Trabaja y persevera, que, en el mundo,
nada existe rebelde ni infecundo
para el poder de Dios o el de su idea.
¡Hasta la estéril y deforme roca
es manantial cuando Moisés la toca,
y estatua cuando Fidias la golpea!
Por Manuel de SANDOVAL.
De Fechas Cívicas del Calendario Escolar.
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