Por Tito Zegarra Marín.
Por primera vez en la historia celendina un
ciudadano de orientación política de izquierda ha sido elegido como alcalde
provincial, por una amplia mayoría y el apoyo de todos los distritos. Era de
esperarse, pues por casi una década estuvieron movilizándose tras ese objetivo
y, llegadas las elecciones, supieron sintonizar con las duras circunstancias
sociopolíticas que vivió Celendín. A lo que hay que agregar, el carisma de su
líder: Coco Urquía.
Coco Urquía nunca ocultó su posición ideológica, lo
proclamó en toda manifestación pública e inició su mandato imbuido de esos ideales.
Creo que es un mérito esa franqueza y lo será más si se nutre de nobleza para
poner en práctica aquello que en los últimos tiempos es casi imposible: decencia
y honestidad. El ejemplo de Alfonzo Barrantes (primer alcalde izquierdista de
Lima) que murió teniendo como única propiedad
a su viejo volkswagen, al que nunca se lo acusó de malos manejos económicos,
y que siempre mostró generosidad para con los más necesitados (creó el vaso de
leche), sirva para recordarlo en los ratos tentadores.
La
población celendina, aguarda que Coco sepa honrar su palabra y efectivamente
realice una buena y fructuosa labor de la mano con profesionales celendinos y firme ante a los actores partidarios
que lo apoyaron para que se dediquen solo a eso y no a imponer o perturbar. Y
también firme, para evitar que los
sabores del poder lo embriaguen y desvíen por otro rumbo, como a aquél fogoso
dirigente estudiantil de la UNC que llegó al palacio municipal cajamarquino con
esas banderas, a las que pronto abandonó.
CELENDÍN
ACTUALMENTE
Nuestra provincia, pasado más de siglo y medio desde
su creación (30-09-1862), aún se encuentra casi imposibilitada de promover
crecimiento económico y poblacional. Lo que significa: inexistencia de trabajo formal
para cientos de sus hijos, invitación obligada a migrar a otras ciudades y,
para los jóvenes, riesgos evidentes para caer en las redes del alcohol, las
drogas y el delito. La pobreza bordea el 50 %, y la carencia y precariedad de
servicios básicos, el 45%.
Sin embargo, en los últimos años hemos sido
favorecidos con la construcción de importantes obras: asfaltado de la carretera
con prolongación a Balsas y Chachapoyas, culminación de las pozas oxidación para
tratamiento de aguas servidas, culminación del mercado de abastos local,
construcción del nuevo edificio para el colegio emblemático Coronel Cortegana,
pavimentación de más de 100 cuadras en la urbe celendina, mejoramiento y
ensanche de la carretera Celendín-Llanguat-Bambamarca, y la pronta culminación
de la nueva red agua potable La Quesera, entre otros.
Son obras necesarias y valiosas que contribuyen al
progreso de Celendín, pero que poco han atacado la problemática económica, en
especial a la difícil situación de la ganadería y la agricultura, que son los
ejes fundamentales para la supervivencia de más del 70 % de la población.
La agricultura, al ser casi desplazada por la ganadería
lechera y estar expuesta a los cambios climáticos (heladas, sequías, lluvias
intensas), la falta y escasez de agua y dificultades para competir con zonas
productoras de la costa, se encuentra claramente disminuida, obligada a
producir familiarmente solo para el autoconsumo y muy poco para el mercado.
Por su parte, la ganadería (lechera), extendida por todos
los distritos gracias a las facilidades dadas por Nestlé y Gloria relativas al
acopio del producto y regularidad en el pago, también revela serios problemas:
solo se produce 7 litros promedio de leche diarios por vaca, mientras en
Arequipa es más del doble y en otros países más el triple; el precio que se
paga por litro es mísero, alrededor de un sol; a lo que se suma, riesgos
ambientales e insuficiencia de pasturas y agua para regadío.
RETOS
PARA 4 AÑOS
Para enfrentar esa problemática y mejorar la
economía de la provincia (uno de los objetivos principales), el flamante
alcalde ha manifestado que además de los esfuerzos internos a ponerse en
práctica, buscará inversiones públicas y privadas.
En ese propósito, tiene que tocar diferentes puertas
y demostrar mucha habilidad para gestionarlos, a la par, que debe tener la agudeza
para sobreponerse a presiones de aquellos que al cuco en las inversiones.
Tenemos ad portas al mega proyecto hidroenergético Chadín
2, cuya cuantiosa inversión de más de 800 millones de dólares y el impacto
socioeconómico que por su magnitud producirá, deben contribuir a generar trabajo
y apoyo al desarrollo. La municipalidad provincial está llamada a valorar esa
inversión y a velar por su estricto y respetoso cumplimiento y porque sirva de
verdad a Celendín y su gente.
Pero nuestra provincia necesita de otros proyectos
de inversión que enfrenten directamente a la problemática antes mencionada. En
lo que toca a la ganadería lechera, se requiere
industrializar su producto en derivados lácteos (queso, mantequilla, manjar
blanco), con opción a competir en el mercado regional y nacional. No olvidemos
que producimos más 50 mil litros de leche diarios, cantidad suficiente para
justificar inversiones en ese rubro.
En lo que respecta a la agricultura, se debe
promover proyectos de inversión destinados a impulsar el cultivo de quinua en
las zonas altas. Paralelamente, se debe gestionar inversiones para, asociadamente,
patrocinar la producción frutícola en los valles cálidos de Llanguat y Limón
(palta entre otros). En Llanguat, es posible además, invertir y darle manejo
empresarial y turístico a sus aguas termales y al ambiente paisajista. Y en el
valle Limón, por su clima, tierras y agua favorables, es posible también la conformación
de empresas avícolas, por los años 80, hubo algunos intentos auspiciados por
CARE, Cajamarca.
Encarar a la problemática agrícola-ganadera en esos
términos, es lo correcto. Porque a la fecha, todas las instituciones afines a
esos sectores solo se han circunscrito a regalar abonos, semillas, pesticidas y
a organizar talleres, exposiciones y comelonas, sin ningún resultado y casi
siempre acarreando corrupción.
OTROS
PROYECTOS
También es factible encausar proyectos de inversión en
sectores específicos. En el campo turístico, existen excelentes condiciones
para alentar inversiones que pongan en
valor a los dos complejos arqueológicos de mayor importancia: La Chocta en
Oxamarca y La Lechuga en Sucre; y por cierto, a la catarata El Cornelio y su
bello entorno natural, en Huasmín.
Por su parte, la ciudad celendina urge de inversiones
que tiendan a maquillar su cara y a recuperar la identidad física tradicional
de su maltrecho centro histórico cada vez más parecido a ciudades informales de
la costa. Un proyecto en ese sentido, sería convertir a la calle 2 de Mayo (el
Comercio) en exclusivamente peatonal; y otro, transformar a la descuidada y
descuartizada colina de San Isidro en un atractivo mirador para visitantes y
turistas.
Pero hay más, Celendín necesita un nuevo mercado
zonal que descongestione al actual, la canalización del río Chico con
pavimentación de la calle contigua, un amplio campus para fines feriales (plaza
pecuaria, fiesta taurina, exposiciones ganadero artesanales, etc.) y la
culminación del estadio municipal para las prácticas deportivas, entre otros.
Dotarle de una nueva imagen a nuestra ciudad y lograr
proyectos de inversión para mejorar nuestra economía creando fuentes de trabajo,
constituyen los grandes retos para Coco Urquía.
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