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Andinos
Tito
Zegarra Marín
COCO
URQUÍA: CONCLUYE MANDO MUNICIPAL
En la provincia
de Celendín, por primera vez en su historia hemos tenido un gobierno municipal de
orientación izquierdista encabezado por su alcalde Jorge Urquía Sánchez, ungido
por una amplia mayoría de ciudadanos y que hoy, tras el veloz paso del tiempo, se
apresta a dejar la conducción edil.
Al llegar al
poder, muchas expectativas se generaron, en especial: opciones de trabajo, mejora infraestructural citadina y apoyo efectivo al
área rural. Y no era para menos, pues nuestra provincia carece de fuentes de
trabajo y la agroganadería no despega. Urquía fue consciente de ello, pero
también, de que el presupuesto municipal a diferencia de los dos últimos
gobiernos, iba hacer drásticamente menor.
En efecto, el
presupuesto vía CANON fue reducido de
4,74 millones de soles el 2013, a 2,06 el
2015 y 1,25 el 2017. Algo similar ha sucedido con el FONCOMUN, agregando que durante
estos 4 años no hubo apoyo a través de inversiones ni del parte del gobierno
regional ni del gobierno central.
Aun así, creo
que algo importante se ha hecho, sobre todo con las comunidades campesinas donde
las necesidades apremian: más de 20 tramos de carreteras mejorados o
construidos, varios locales escolares y comunales, lozas deportivas, redes de
agua doméstica y para regadío, entre otros. En el área urbana: reconstrucción apropiada
de la plazuela La Alameda por décadas abandonada, construcción del Parque del
Agua, muros de protección del río Chico, inicio del terminal terrestre, mejora
del estadio municipal y del parque San Isidro, entre otros.
Sin duda, no es
lo suficiente y las razones o causas son evidentes. Pero no faltan las voces quejumbrosas
y críticas de gente que no pudo acceder a la planilla municipal ni a las
concebidas prebendas, de aquellos bullangueros y oportunistas de la política, y
de esos pocos xenofóbicos que torpemente se autoproclaman de sangre
puritanamente celendina.
Pero todos
ellos, sin embargo, se cuidan de no calificar
a Urquía y su gestión como corrupta, aunque algunos tratan de hacerlo y
rumorearlo a escondidas, intentando de esa manera tapar la corruptela de los exalcaldes
que apoyaron, caso de aquél que se tiró más de medio millón de soles en
viáticos en un año, y de otro que habría recurrido a testaferros para construir
casas y comprar propiedades, con camionetas de yapa.
Tengo la firme certeza
que Urquía no metió las uñas a las arcas municipales ni llegó al sillón
municipal para enriquecerse, creo que gobernó con manifiesta honestidad y deja el
mando municipal con las manos y conciencia limpias. Pero si creo que se retira con
deuda social y política para con su pueblo.
*Publicado en el
diario Panorama Cajamarquino el 3-12-2018, (versión escrita.)
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