Doña Clarisa (Calita) así se la llamaba
con cariño a la madre abnegada entregada enteramente al cuidado de sus seis
hijos, a la familia y con el amor genuino al prójimo que la caracterizaba
integró la hermandad de María en la capilla de su comunidad, mereciendo a
través del tiempo, el respeto y aprecio de sus vecinos y de quienes la
conocieron.
Fue, además, asidua colaboradora en todo
magno evento que tenía lugar en el MUS, unas veces rezando rosarios en las
novenas en honor a San Isidro Labrador y San Antonio de Pencas, otras veces organizando
y participando en el grupo de pastoras en la navidad y otras disfrutando del
canto y del baile en las festividades de carnavales...
Nos deja un gran vacío su partida a
quienes tuvimos la dicha de compartir la vida con su presencia.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario