Laboriosidad y pobreza.
Por: Tito Zegarra Marín.
La historia de la
provincia de Celendín y su distrito principal Sucre es, en mucho, la historia
del sombrero. No bien presentes nuestros pueblos en el escenario de vida social
organizada, en plena adolescencia, fueron atravesados por un inesperado
acontecimiento que, inexorablemente trastocó su vida y futuro: la producción
del sombrero.
Es así como de la
ancestral y ardua actividad sobre la tierra, en la siembra o en la cría, muy
pronto, amplios sectores de hombres y mujeres pasaron a educar y disciplinar
sus manos en la laboriosa y paciente tarea del trenzado de la paja toquilla.
Desde entonces, un destino controvertido e infeliz, económicamente, envuelve a
un grueso sector de familias celendinas.
Como veremos más
adelante, el sombrero aparece en nuestra tierra por una suerte de aventura y
necesidad, y no es fácil auscultar los motivos por los que se abrazó con tanta
vehemencia esta actividad. Se la aceptó como tal, extendiéndose e
incrementándose hasta convertirse en rubro importante de la población
económicamente activa de la provincia, sobre todo hasta la década de 1960.
El sombrero, de esta
manera, arraigado en el quehacer cotidiano del hogar celendino, convertido en
parte esencial de su existencia, año a año, década a década, va a imprimir su
carácter tradicional y dar muestras evidentes de logros artísticos,
testimoniando la habilidad y destreza de la mujer de esta tierra.
Pero ello no fue
suficiente, el sombrero como veremos, es sencillamente sinónimo de pobreza en
nuestros pueblos, o en otros términos constituye expresión inequívoca de
trabajo infecundo. Donde existe un hogar que teje sombrero lastimosamente
existe penuria económica; y visto en su conjunto, la provincia de Celendín
carga con este peso en apariencia necesario pero en esencia totalmente
infructuoso.
Pero si algo más hay
que rescatar, es que ha constituido un factor extraordinariamente estimulante
en la vocación de aventura y mercantil del hombre celendino. Como pocos
pueblos, los hijos de esta tierra entre los años de 1920 a 1970 y en menor
medida las últimas dos décadas, se han diseminado por distintas provincias y
regiones, impertérritos ante dificultades, acicateados por la sangre judía que
recorre sus venas, edificando fortunas y riquezas en algunos casos e
imprimiendo el sello celendino en todo lugar de destino. El sombrero estuvo
cariñosamente en el centro de todo ello.
Sobre el origen del sombrero en Celendín.
No se conoce con
exactitud el momento y forma en que se inicia la producción sombrerera en la
provincia. Las pocas versiones que se tiene constituyen hipótesis aproximadas
de ocurrido todas ellas sin embargo,
tienen como punto de partida Del espíritu de aventura y comercial del celendino,
lo que definitivamente es así, pero se omite vincular esta actividad al
contexto socio económico que se vivió por esos tiempos, consideramos que ambos
factores se conjugan y tienen especial incidencia.
Sobre lo primero; referente
a la personalidad aventurera y mercantil, es necesario indicar que este
fenómeno es explicable no sólo por la naturaleza interna del celendino. sino
porque a raíz de la desintegración del sistema de hacienda de la provincia, que
a diferencia de otros lugares se realizó hace más o menos dos siglos atrás, el
campesino o poblador se desvinculó de la compleja red del servilismo feudal,
las relaciones sociales fueron más abiertas y las posibilidades de movimiento
espacial mejoraron.
Y sobre lo segundo, el
país por ese entonces atravesó por una aguda crisis socio-económica debido
fundamentalmente a la infausta guerra del siglo pasado (guerra con Chile) cuyas
consecuencias desastrosas, económica y socialmente afectaron a la capital y a
las provincias del interior.
Paralelo a lo
mencionado, es importante considerar la vinculación socio-económica que por esa
época, mantuvo Celendín con la Amazonía peruana vía Balsas-Chachapoyas,
vinculación fluida y directa a través del arrieraje e intercambio de diversos
productos.
Es precisamente en
estas circunstancias que el desplazamiento poblacional, no significativo, se
vio alterado y se optó por la aventura y lo desconocido.
Es así como, según la
mayoría de versiones, algunos jóvenes celendinos, en su trajinar por el norte y
la Amazonía peruana traspasaron las fronteras norteñas hasta llegar a la ciudad
de Guayaquil en Ecuador; es aquí donde conocen y aprenden el tejido del
sombrero, que de paso es una de las actividades artesanales importantes en ese
lugar.
Más adelante, algunos
miembros de estas familias al retornar al lugar de origen lo hacen con un nuevo
conocimiento o premunidos de una nueva habilidad entre manos, el arte de tejer
sombrero.
(Fotografía: http://celendinpm2.blogspot.com) |
La paja semi preparada
que de estos lugares se lo compra hasta la fecha, tiene el nombre de paja
toquilla, diferente en consistencia a la utilizada en la ciudad ecuatoriana
pero de fácil utilidad para la región.
Fruto de la suma de
estas variables es que se implanta la producción artesanal del sombrero en
nuestra provincia, hace aproximadamente un siglo.
El sombrero como artesanía.
La artesanía nace como
consecuencia de la división social del trabajo y es la primera actividad
económica que se aparta de la agricultura con características diferentes y con
proyección industrial, se la define como el "proceso mediante el cual,
materiales en bruto o parcialmente transformados desde el punto de vista
industrial, son convertidos en objetos de uso para la venta... y que por
consiguiente contribuyen a la renta en efectivo de la familia".
Entre algunas
características podemos señalar las siguientes:
-Es una actividad manual
y creativa.
-La participación de
maquinaria o equipamiento moderno es mínima o inexistente.
-Propicia la única
forma de trabajo individual o familiar,
-La producción es a
pequeña escala, para el mercado principalmente.
-La intervención del
factor trabajo es alta y pequeña la inversión en activo fijo,
-La producción está
dirigida a la elaboración de productos finales o complementarios,
-El artesano
(trabajador) es propietario de los pocos medios de producción que utiliza.
-Es una actividad
complementaria o alternada a otras (agricultura, ganadería)
La actividad del
sombrero, en este marco, constituye una típica actividad artesanal, de carácter
familiar, creativa y manual, exenta de tecnificación y complementaria a otras actividades.
Y sobre todo, dirigida al mercado pero víctima, a la vez, del propio mercado
.
Sobre la producción.
En el proceso de
elaboración del sombrero interviene como instrumento de producción la
denominada "horma" (objeto circular de madera a la medida de la
cabeza y que sirve para moldearlo) y como materia prima la paja toquilla semi
elaborada o en manojos, y en algunos casos cuando el sombrero es a colores, al
que se suele denominar como" pinto", se utilizan colorantes tipo
anilinas.
El trabajo socialmente
empleado es variado y está en relación directa a la destreza de la tejedora, a
las condiciones físicas y a las indigencias económicas. En su confección no hay
límites en cuanto a horarios. Se teje por la mañana y tarde
ininterrumpidamente, y en algunos casos por la noche con luz a kerosene.
El tiempo promedio en
horas que se utiliza en la confección de un sombrero, de tipo comercial o
denominado "redondo", es de 10 horas por día, pudiendo variar de
acuerdo a la predisposición y urgencias que se tenga , en total son alrededor
de 50 horas semanales que entrega la tejedora distribuidos en 5 días y a veces
en 6.
Los distritos en los
que se tejió con mayor intensidad hasta promediar las década de 1960 son los siguientes:
Celendín, Sucre, Oxamarca, José Gálvez. Jorge Chávez, y en menor cantidad
Sorochuco y Huasmín.
En esta primera etapa
la productividad fue realmente amplia, familias enteras se dedicaron a esta
actividad, desde niñas de 10 a 12 años hasta adultas en edad de trabajar. El
sombrero en este período pareciera que fue base del sustento familiar o por lo
menos complemento importante de la economía, pero en realidad no fue ni lo uno
ni lo otro.
Se calcula que por
esta fecha en Sucre y alrededores se producía entre 800 a 1000 sombreros semanales
y en Celendín y lugares cercanos entre 1500 a 1800. El sombrero denominado
pinto era muy común, hoy se lo elabora en pequeñas cantidades.
Hoy en día, los
lugares en los que se mantiene relativamente la producción son: Sucre y los
caseríos de Conga de Urquía y Macas, donde se puede comprobar que de cada 3
mujeres 2 tejen sombrero En Celendín la producción a nivel urbano casi ha
desaparecido y con tendencia a la baja se produce en sus alrededores y algunos
de su caseríos como Bellavista, Teresa Conga, Poyunte, entre otros. En los
otros lugares la producción sombrerera tiende a bajar en forma más pronunciada.
La comercialización.
La comercialización
del sombrero se da en dos momentos, el primero cuando el intermediario compra
el sombrero directamente de la mujer productora, y el segundo, cuando este
mismo comprador o en algunos casos otra persona cercana o familiar vende el
sombrero por el interior del país.
Con relación a lo
primero, la alta productividad generó dos importantes ferias de venta de sombreros
en Sucre y Celendín, donde todos los domingos cientos de mujeres entablaban una
desigual e indignante relación de compra venta de su producto.
Y con relación a la
venta en el interior del país, ésta se realizó en varias provincias y lugares
importantes del norte y centro, entre las cuales destacan las siguientes San
Marcos, Cajabamba. Huamachuco, Santiago de Chuco. Conchucos. Pallasca. Pataz.
Parcoy. Tayabamba, Sihuas. Huaraz. Carhuaz, Caraz, Otuzco. Contumazá. Barranca.
La Oroya. Cerro de Pasco. Cajamarquilla, Junín. Huánuco y otras.
Hasta los años de 1960,
el traslado de los sombreros a las diferentes provincias se hacía a lomo de
acémilas, por caminos de herradura y períodos relativamente largos de tiempo. A
partir de esta década se utilizarán progresivamente los servicios vehiculares.
Debemos señalar con
énfasis que el mercado para el sombrero es realmente un grave problema para las
tejedoras, a nivel de provincia su uso es limitado y cada vez menor y en los
lugares tradicionales de venta se tiene que competir con otros sombreros
elaborados con paja más consistente tipo junco palma, u otras. En este sentido,
la oferta del sombrero sobrepasa ampliamente a la demanda del mismo, a lo que hay...que
agregar el precio arbitrario y de hambre que impone el intermediario
Es digno de resaltar,
por otro lado, el esfuerzo de un grupo de tejedoras que por los años de 1980,
asesoradas y apoyadas por el ilustre sucrense Reinero Álvarez Zegarra,
organizaron la Cooperativa de Producción Sombrerera "San Isidro
Labrador" con la finalidad de propiciar mecanismos que mejoren la
producción y comercialización del sombrero. Si bien los resultados económicos
no son los deseados esta modesta organización es una muestra de voluntades y
posibilidades ante la adversidad.
Compradores de sombreros en Celendín (Fotografia: http://espinademaram2.blogspot.com) |
Los compradores de
sombreros son personas del rugar dedicadas a estas transacciones, ya sea en forma
exclusiva y combinando con otras actividades. Su función es la de comprar el
sombrero directamente del productor, darle el acabado necesario y trasladarlo a
través de acémilas para su venta a las provincias y distritos del interior del
país; en total, hasta promediar la década del 60, eran aproximadamente 50 los
que anualmente realizaban estas transacciones, de los cuales un promedio de 20
pertenecían a Sucre y el resto a Celendín.
Hay que destacar que
muchos de éstos, se forjaron, lucharon y murieron en la producción y comercialización
sombrerera. En efecto, los intermediarios de ayer fueron verdaderos pioneros
del comercio, viajaron de 3 a 6 meses en forma ininterrumpida, trasladándose a
pie y a caballo por los más difíciles y desconocidos rumbos, transformando en
morada lugares diversos y dejando en todos ellos su eterno mensaje, el
sombrero.
Entre esos hombres,
casi todos desaparecidos hijos de Sucre, están los siguientes: Santos Sánchez. Aurelio
Sánchez, Gumercindo Zegarra, Antonio Sánchez, Marcelino Rojas, Sacramento
Silva, Samuel Silva. Santos Rojas, Gregorio Silva. Secundino Zegarra. Dámaso
Zegarra. Dositeo Silva, Emilio Aliaga Florentino Escalante Osias Pérez Agustín
Marín CH .Eduardo Aliaga. Julio Araujo. Leoncio Aliaga, Neptalí Zegarra, José
G. Sánchez, Máximo Araujo, Jacinto Roque, Félix Aliaga. Juan Zegarra, Pedro
Escalante Clodomiro Aliaga Sánchez y otros.
En José Gálvez cabe
mencionar a Eleazar Díaz. Gregorio Díaz, la familia Escalante, Cachay y Pelayo
Aliaga. En Celendín son notorias las figuras de Augusto G. Gil V., Porfirio
Díaz, Martín Ortiz y otras. Es relevante la figura de Augusto G. Gil en tanto
llevó el sombrero más allá de nuestras fronteras: con mucha visión amasó fortunas
y fue, al mismo tiempo, benefactor para con su pueblo.
Actualmente, los
intermediarios, en su mayoría, son coprovincianos que continúan las mismas
rutas, menos en número por cierto, pero inmutables en los mecanismos de la
compra del sombrero.
Significado de la producción sombrerera.
Como lo reiteramos
desde el punto de vista social y humano la producción del sombrero ha constituido
una forma sutil de someter a la mujer celendina al mundo de la humillación y la
pobreza. Esta práctica, de la que no es culpable, la recogió de su corta
historia y la hizo suya, cimentando con ello un largo futuro al trabajo duro e
indigno.
Duro por la abnegación
que significa postrarse horas interminables, sin el pan deseado, sobre un manojo
de paja, e indigno por lo aberrante que es saber que el fruto de su sacrificio
semanal tendrá un precio de hambre, menor que el costo real, impuesto
arbitraria y draconianamente por el intermediario y sin lugar a reclamo. Aquí
no entra en juego la oferta y la demanda, manda sencillamente la decisión
tiránica del comprador.
En el mes de abril del
presente año el precio de un sombrero de término medio fue de 7 soles y el
precio del manojo de paja 5, si sumamos horas de mujer trabajo y observamos las
diferencias, los resultados son sencillamente abominables.
Consecuencia de esta
realidad es que en las tres últimas décadas la producción sombrerera indica un
notable descenso en su productividad y comercialización.
El convencimiento cada
vez mayor de lo infructuoso y de que ningún futuro se presenta para esta actividad
ha obligado a que sectores importantes del área urbana de Celendín y en menor
medida en los otros distritos, reemplacen el tejido de paja por otras
actividades propias del campo de la informalidad y en mejor de los casos han
optado por la emigración.
Sombrerito Blanco
El sombrero, sin
embargo, es parte esencial de la historia hogareña de nuestros pueblos, y
difícilmente, ni a corto ni mediano plazo podrá desaparecer. Sustituirlo por
otras alternativas en forma inmediata tampoco es fácil, por lo qué y no
obstante la áspera secuela, allí lo encontraremos siempre, mezclando
laboriosidad y pobreza.
Fuente: Revista el Labrador, mayo
1994.
Fotografía: INTERNET , KmrojasA.
Video: Julio Silva Chávez.
Video: Julio Silva Chávez.
La señora que está vendiendo su sombrero es Alejandrina Díaz Bazán. quien el día 24 de diciembre del 2011 sufrió un derrame.se encuentra muy delicada en la ciudad de Lima, alguna información al 5511014, gracias mil
ResponderBorrarGRACIAS A ESAS MANOS DE ORO hay huauqueños muy destacados de una u otra forma. lo que nos faltaria es ese toque de union de solidadridad para con nuestro pueblo tan querido y tan olvidado a la vez pensemos de que forma o de que manera nuestro distrito vuelva a florecer con mas intensidad y asi verdaderamente demostremos que realmente lo queremos a nuestro HUAUCO querido en el campo de la alimentacion,educación,salud,deporte,arte,deporte fomentando el turismo y porque no crear formas de trabajo para nuestros ciudadanos de bajos recursos en realidad es casi toda la poblacion a ver queridos paisanos es una forma de demostrar con hechos lo tanto que lo queremos y si en especial es un gran reto especialmente que se presentan como autoridades enfocarse primero en lo mas importante combo ó el papeo y educacion...
ResponderBorrarInformación
ResponderBorrar