Los peruanos, con sus matices ideológicos, vibraron al unísono con el premio universal de literatura otorgado a Vargas Llosa. Sucre, un pueblo enclavado en la sierra del norte andino, tiene hiperbólicas razones para celebrar que uno de sus hijos haya ascendido al grado de General PNP, el Oficial Néstor Zegarra Silva.
El otorgamiento del premio Nobel 2010 a nuestro compatriota se dio gracias a la terca constancia del autor de “La guerra del fin del mundo”. El ascenso al grado de General del Coronel Zegarra Silva
Néstor, aquel muchacho delgaducho, aficionado a las cabalgaduras, es recordado por su lechegada prendido sobre el lomo y aferrado a los crines de un cenizo y sudoroso caballo con los belfos agitados.
El General Néstor Zegarra Silva, es el 2º Oficial PNP sucrense distinguido con la “Espada de Honor” después del Oficial de Policía don Julio Horna Zegarra, también “Espada de Honor”; policía ejemplar, con dotes de bien. Este Oficial escaló grandes puestos sin lamer la bota a nadie. Neto a secas o Neto Fish, como le dicen sus amigos, está en esa senda y su camarada de armas, antes nombrado, es realmente un ejemplo de perseverancia para todos, en especial para los jóvenes y la consecución de sus metas.
Basados en el slogan militar que tanto repiten y que dice: “las órdenes se cumplen sin dudas ni murmuraciones”, la mayoría de personas que no conocen desde adentro los institutos policiales y militares generalizan al calificar a muchos policías como personas de carácter vertical, pegadas a lo que dictan sus reglamentos. Néstor Zegarra, como nos lo cuenta Elmer Castillo en su Witotada del 15 del 10 del 2010, es un policía diferente; es una persona que mira más allá de la rigidez de un cuartel, un hombre que, aparte de ser muy hábil en el manejo de cualquier circunstancia policial, siempre coloca en primer lugar la parte humana: el superyó, esa instancia que muchos la han perdido.
Hay quienes gustan de inflar tropiezos que, por supuesto, también puede cometer todo aquel que avanza. Al referirnos al flamante General sucrense, no estamos hablando de alguien a punto de canonizarse, sino de un policía que ha recorrido el país por más de 30 años y en sus momentos más difíciles, viviendo miles de peripecias y alejado de sus familiares; pero que, sobreponiéndose a todo, supo enfrentar cada impase, sea familiar o policial, con hidalguía y feliz final.
El ascenso de Néstor Zegarra a uno de los máximos grados de la institución policial nos ha demostrado que la sangre huauqueña aún recorre las venas de los sucrenses y que nuestro pueblo, que hoy sufre de total abandono, puede salir adelante si así lo desea, siempre y cuando no caigamos, como lo están haciendo sus actuales autoridades, “en el pecado mortal de servirse del humilde para ser alabados y del esclavo para ser servidos”.
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