Cusco es la ciudad más
eterna y sintética de América entera.- Es síntesis porque vincula y armoniza
culturas diferentes.- Es eterna porque es de piedra, y no de piedra floja o
sillar.- los terremotos han pasado por ella, sin siquiera conmoverla: la
arquitectura asísmica planeada por Pachacútec con sus paredes inclinadas y el
material eterno de la piedra ha hecho que esta ciudad deposite en los siglos su
grandeza.- Sus gentes antiguas, al decir de Hernando de Soto "EL CABALLERO
DE LA CONQUISTA", han ido tejiendo en ella historia, tradición, mito y
leyenda, por estas razones Cusco es la ciudad más representativa de América,
cabecera de Reinos en la época colonial y actual meta universal de todo
peregrino que quiere conocer el mundo.- Cusco, por ser una ciudad muy diáfana,
debido a sus tres mil quinientos metros de altura sobre el nivel del mar es la
consagración de la tesis existencialistas de que el pueblo habla siempre en
azul, es decir en el efluvio poético.- Cusco es ciudad de esfuerzo y éxtasis.-
Es esfuerzo porque sin estar a la vera de grandes ríos, ha sido la energía Inca
la que le ha dotado de gran cantidad de agua traída desde lejos.- Esta traída
ha sido hecha a base de sudor.- Éxtasis porque pocas ciudades en el mundo
pueden tener el arrobamiento contemplativo de sus tardes crepusculares llenas
de cromático incendio. Cusco es ciudad donde la diafanidad se hace rebeldía,
por eso es que de Cusco salen los primeros gritos de independencia con Manco
Inca en 1536, o sea antes que ningún pueblo de América.- Cusco es tierra de
poetas, poesía que se ha dado en la oratoria el poeta contemporáneo "LUIS
NIETO", hecho pintura poética como en FRANCISCO GONZALES GAMARRA, en las
esculturas de don BENJAMÍN MENDISABAL.- apreciamos el lirismo de nieto a través
del siguiente poema:
CUSCO: BANDERA DE LOS RECUERDOS
No sé desde qué noche absorta y
sin sosiego
desde qué viejo silencio llorando
de nostalgias
desde qué puna fría transitada de
quejas
desde qué remoto paredón de
soledades castigado de olvido
vuelvo hacia ti madre inmortal,
coronado de piedra y de silencios.
Vengo de la patria del llanto y sollozos
allí donde la ausencia levanta
sus pendones de nieves trayendo a cuestas la averiada guitarra de mis quejas.
Vengo de caminar a ciegas por el mundo
sin saber qué hacer con mi
congoja
sin poder llorar esta distancia
de estrellas y campañas que me
alejaba
sin poder curar esta herida que
hice en mi pecho el día que me fui
de tu orilla musical de arpas y huaynos.
Cuando me ausenté de tus piedras
ancianas, gritaba el viento de la pena su lamento de lagrimas.
El cronista Betanzos
es quien nos alcanza la leyenda del Dios "Huiracocha" que caminaba
por las cimas de los cerros hasta que llegó al Cusco y acordó crear allí el
Imperio de los Incas.- La unidad constructiva del Cusco se debe a Pachacútec.-
Como ilustran las acuarelas y el cuadro IntiRaymi, Cusco ostenta las bases
pétreas de los palacios de Manco Cápac llamado Colcanpata, el de Pachacútec:
Casana, el de Huiracocha: Quishuarcancha, el de Huayna Cápac: Amaru Cancha, que
ahora son los cimientos de las siguientes iglesias. San Cristóbal, Catedral, La
Compañía, Santo Domingo.- Prevalecen los cimientos del Jatún Cancha Palacio de
Inca Yupanqui, las bases del Coricancha, del Yachayhuasi: Universidad de los
Incas, la portentosa fortaleza de Sacsaihuamán, pues cada piedra pesa un
promedio de quinientas toneladas, varias callejas como la de Jaturu Mio,
Cabracancha, El Triunfo, Quicliu de Loreto y otras más.- Cusco es el pueblo
depositario del obsequio místico que hiciera Carlos V, Rey de España y de
Alemania: El Señor de los Temblores, cuyo nombre está vinculado con la dinámica
volcánica de nuestros andes.- Su procesión que se hace todos los años el 31 de
Marzo nos recuerda el famoso terremoto de 1650 que dejó un saldo de 4 000 muertos
en esta ciudad del Cusco.- El Palacio de Inca Yupanqui nos recuerda que sirvió
de hospicio la primera noche del quince de noviembre de 1533, cuando los
españoles ingresaron por el barrio de "Santa Ana" (carmenca).- El
Yachaihuasi nos recuerda la sabiduría Inca, y el friso actual sobre la puerta
de las nazarenas que ocupa el mismo palacio nos recuerda A. Mancio Sierra de
Leguízamo que recibió como dote de conquista el sol de oro cuyo diámetro tenía
dos metros y un grosor de diez centímetros todo de oro, el mismo que fuera
jugado en Pinta.- El templo de San Cristóbal nos recuerda a Manco Segundo, que
se levantara el año 1536 en el Cusco y refugiándose después en Vilcabamba.- El
Peñón de Sacsayhuamán nos recuerda a Cahuide y a la muerte de Juan Pizarro.- La
Plaza del Cusco llamada Huacaypata nos recuerda la muerte de Gonzalo Pizarro y
su lugar teniente Carvajal.- El mismo templo de San Cristóbal nos trae
recuerdos del más insigne orador sagrado y filósofo Tomista y aristotélico: don
Juan Espinoza y Medrano, que en el año 1677 era párroco de esta iglesia.- El
mismo siglo dieciocho nos trae el recuerdo del obispo Manuel de Molinero que
convirtió a la ciudad del Cusco en una palestra elevada de actividades
artísticas.- Se cuentan en doscientos mil cuadros en lienzos.- Estas doscientas
mil pinturas nos recuerdan a los pintores mestizos Diego Tito Quispe, Antonio
Sinchi Roca, Basilio Santa Cruz, Juan Osorio, Juan Espino, Francisco Juarez.-
solamente la Catedral posee trescientos setentidos óleos y el museo Virreynal
quinientos.- La Iglesia de San Blás es una de las más famosas del mundo por el
púlpito tallado en cedro, obra de Tomás Tuiro Túpac.- Dicha talla es
sencillamente una maravilla.- La Catedral que es obra de ciento seis años de
construcción posee la campana de ciento treinta quintales de peso llevando en
sus fundición cuatro quintales de oro.- La Merced nos recuerda la revolución de
1814.- En ella están las tumbas de Almagro y Gonzalo Pizarro, Santo Domingo
construido sobre el Coricancha, nos recuerda el Inti-Raymi, la celda del Padre
Ojeda, autor de la CRISTIADA.- La sala Capitular de dicha iglesia nos recuerda
el nacimiento de la universidad de "San Marcos' en el año 1538, así como
nos recuerda el año 1825 en que Bolívar fue objeto de homenaje.- El Colegio de
San Francisco de Borja nos recuerda a Túpac Amaru, donde estudiara latinidad y
muerto después en la plaza del Cusco el 18 de mayo de 1881.- El mismo Colegio
nos recuerda la humanística vocación de los Reyes de España que crearon este
colegio para la nobleza autóctona.- El Seminario San Antonio Abad del Cusco nos
recuerda a Espinoza y Medrano, a Pedro Alva y Astorga que llegó a ser Cardenal
en Roma, así como a Dionisio Inca Yupanqui que llegó a ser diputado ante las
cortes reales de Cádiz.- la Universidad del Cusco edificada sobre Amaru Cancha
nos recuerda a Aguilar, Muñecas, Luna Pizarro, Vigil, El Dean Valdivia, La
Puente, Gamarra, y Santa Cruz, lugar porque allí estudiaron todos ellos.- La
Esquina del Palacio de la Vírgenes del Sol nos recuerda la tradición de
Zelenque, la calle de Bitoque nos recuerda la tradición de un famoso adúltero
en el siglo dieciocho.- La calle Ladrillo nos recuerda la tradición de Tenorio
o Fraile en el siglo diecinueve.- Las Vírgenes del Sol nos recuerdan al general
Ollanta y a la tradición mítica del amor imposible de una Ñusta y un General
Inca que al fugar se convirtieron en dos cerros ubicados frente a Calca: el
Sahuasiray y el Pitusiray.- La Plaza del Regocijo o Cusipata nos trae el
recuerdo de la revolución de los Plateros y el Cacique Tambo Huacso.- La
Iglesia de la Compañía nos trae recuerdos de la Expulsión de los Jesuitas, por
obra del Ministro Aranda influyendo en el ánimo del Rey Carlos Tercero.- Este
mismo templo nos trae el recuerdo del Precursor de nuestra Independencia don
MANUEL VISCARDO Y GUZMÁN, que escribió en Inglaterra después de su expulsión
como Jesuita la célebre CARTA A LOS AMERICANOS, que constituye al fondo el
haraquiri que se hizo España asimismo con la expulsión de la más sabia
dirigente congregación religiosa: Los Jesuitas. Dicha expulsión nos trae el
recuerdo del Papa arrepentido y lloroso.- La Esquina de Plateros de la Plaza de
Armas del Cusco nos trae el recuerdo de la revolución de Sánchez Cerro el año
1922, así como que en ella, en época del incario, cada solsticio de invierno,
el Inca, situado sobre una plataforma, hacía la solemne salutación a su padre y
dios: El Sol.
Celendín, 1° de febrero de 1965.
De la revista El Labrador, Sucre 2007
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