"Ahora que tienes
vida en tu propia muerte inventa una luz para ir a buscarte".
Por Emil Leoncio Aliaga Díaz.
Parecería que fue ayer
cuando nos dimos el primer saludo, mientras jugábamos en la Escuela Primaria N°
83 de Sucre, sin saber que esa naciente amistad se alargaría hasta
emparentarnos ya que Ernesto terminó casándose con una prima mía.
Corría el mes de Abril
del año I971, gobernaba aún don Juan Velasco Alvarado, era medio día, un niño
de aspecto citadino había llegado al pueblo para estudiar primaria en la
escuela, tomando la calle Nazario Chávez, cuesta arriba hacia la Plaza de Armas
nos encontrábamos porque ambos vivíamos en el barrio del Centro, de esa rutina
nació nuestra amistad.
Amigos inseparables solíamos
acompañarnos para seguir el camino hacia nuestras casas sea al medio día o en
la tarde; porque en esa época se estudiaba dos turnos. Recuerdo que después de
almuerzo nuestra siesta era jugar a los trompos, la pelota, a la pega pega o
una partidita de ajedrez con el "mini" que teníamos, el cual era una
pieza de colección y le prestábamos especial cuidado, también degustábamos las
chirimoyas que nos ofrecía Eli Díaz Velásquez de su fundo localizado en
Cantange, caramba era el mejor postre que habíamos probado, sin perder de vista
a las lindas compañeras cuya belleza aceleró el palpitar del corazón.
Ernesto era un eterno
enamorado, recuerdo que tenía su bicicleta, sus discos y su cantante favorito
fue Nino Bravo, a tal punto que su perro se llamaba "Nino"; los temas
como: Noelia, América y otros le tocaban su alma romántica y siempre los
escuchó en su tocadiscos a todo volumen.
Claro que si hablamos
de su capacidad intelectual, era uno de los mejores alumnos que haya tenido el
83 y el San José, donde estudió sólo tres años maravillosos, en el cual su amor
por Sucre y ni que decir por las chicas se hizo evidente; quería vivir en Sucre
con sus amigos y amigotes, haciendo planes para el futuro, en Sucre, creo que a
todos nos sucede lo mismo se pasa una vida de ensueño.
Ernesto Sánchez Macías. |
Sucre con su cielo
lindo, sus campiñas de Postal y sus mujeres hermosas acepta su destino y se
levanta para despedir al soñador, inteligente, bueno y buen crítico que por
cuestiones de salud dejó de estudiar en Sucre para trasladarse a Lima, donde al
finalizar sus estudios secundarios obtiene una beca para estudiar en la
Universidad, siendo unos de los mejores alumnos de la Facultad de Medicina de
San Marcos.
En Sucre hizo su
SERUMS, durante su época de serumista, con mayor rigor científico, siguió las
huellas de su abuelo Pepe Sánchez quien tenía una capacidad creadora de las
mejores, pues, fue fotógrafo, enfermero, dentista y una cantidad de dotes
adicionales entre las cuales no debemos dejar de mencionar su inconmensurable
amor a la tierra.
Luego de hacer su
SERUMS y después de su internado se, gradúa en la especialidad de Pediatría e
ingresó a trabajar en el Hospital del Niño.
Sus padres y sus
hermanos forman una familia maravillosa ellos supieron, imprimirle el sello que
solo lo tenemos los Sucreños: nuestro amor a la tierra que nos ve crecer y a
San Isidro Labrador.
La Revista ECO
SUCRENSE en su primer número a querido rendirle un justo homenaje al Dr.
Ernesto Sánchez Macías, encargándome tamaña responsabilidad, el sabe lo mucho
que lo estimamos y como hombre de ciencia que fue y porque la revista tiene ese
porte cultural es que nos animamos a incluir la semblanza de un profesional que
partió, prematuramente hacia la eternidad, a quien todos los compañeros de la
promoción entre los años 1966 y 1977 lo recordamos como al verdadero amigo y al
intelectual de las ciencias médicas y de la salud.
De la Revista Eco Sucrenses, N° 1, 2005.
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