Por Eleazar Mariñas Aliaga.
Comúnmente cuando
conversamos o dialogamos sobre "Belleza", nos referimos
específicamente a, la belleza femenina, belleza de una obra de arte, belleza de
una flor belleza interior de una persona, también frecuentemente decimos, que bello
pueblo, que bella ciudad he conocido, con un hermoso paisaje, así por estilo; y
es justamente de esta última belleza que me voy a referir en las siguientes líneas
ojalá mi mensaje sea entendido y comprendido por los lectores de esta
prestigiosa revista.
Comprendo exactamente
que en gustos y colores nadie tiene la razón y además que con su propiedad uno
puede hacer lo que se le dé la regalada gana, hasta aquí nada que discutir, lo
malo está que si sumamos todos estos pareceres, el resultado es catastrófico,
como está pasando en nuestro pueblo y muchos de nosotros somos culpables
directos.
El adelanto de un
pueblo, también depende del turismo, para lo cual los pueblos deben conservar
su identidad, su historia, sus costumbres y tradiciones, no significando eso
que no está sujeto a cambios trascendentales, pero eso sí siempre conservando y
respetando nuestra identidad.
Volviendo a hablar
sobre la belleza, diremos que ésta no esta entre las necesidades primordiales
del ser humano, tampoco es absoluta, sino relativa; mejor dicho, para unos,
ciertas cosas, personas, animales, pueblos, etc., serán bellos(as) pero para
otros serán todo lo contrario, eso depende de la forma particular de ver de
cada persona. Bueno, después de este pequeño preámbulo a manera de orientación,
quise referirme al tema que me preocupa.
Desde hace algunos
años atrás y que avanza a gran velocidad, nuestro hermoso paisaje urbano se
viene desfigurando, va perdiendo esa belleza dejada por nuestros antepasados,
por supuesto para mi parecer valga la aclaración ya que para otros puede estar más
bello que antes. El paisaje Urbano y natural de Sucre antes Huauco, es hermoso,
encanta a propios y extraños y mucho mejor si se le observa desde lo alto y que
por cierto es privilegiado de tener grandes miradores naturales desde los
cuales muchas veces no nos cansamos de admirar la belleza de nuestro pueblo y
los pueblos vecinos respectivamente, desde aquí muchas personas entre poetas,
músicos, escritores, literatos, pintores, fotógrafos, camarógrafos, etc., se lucen
y es también desde estos lugares que se observa con gran pena la desfiguración
del paisaje urbano de Sucre a manos de sus pobladores y que estoy seguro que no
lo hacen con mala intención sino por dar solución rápida y eficaz a un
problema. A tal extremo que en pocos años más nuestro pueblo visto desde lo
alto va a aparecer un centro minero, lleno de calaminas, convirtiéndolo en un
espejo gigante; la mano del hombre por así decirlo se encarga en este caso de
dañar la belleza natural, gracias a su pobreza estética y cultural.
Yo, particularmente,
culpo a las autoridades de turno, ya que ninguna tienen ni han tenido criterio
estético ni respeto por conservar la tradición e historia del pueblo, han
permitido y permiten que propios y extraños malogren la imagen, como es posible
que en plena plaza de armas que todos sabemos que constituye uno de los
atractivos turísticos de cada pueblo, los techos de las casas que la circundan
cada vez más se estén llenando de calaminas, desapareciendo a la bella teja. A
mi modesto parecer debería existir una disposición municipal, que prohíba el
uso de la calamina por lo menos en la Plaza de Armas y lugares cercanos a ésta.
Y esto significaría que las mismas instituciones que se encuentran en ella,
llámese Iglesia y Municipalidad empezarían dando el ejemplo.
Y este caso llama a la
reflexión y de repente se podría rescatar algo que desapareció hace muchos
años, tal es el caso de la elaboración de la teja y que yo recuerdo que era
todo un espectáculo, desde la preparación de la masa hasta la quema, materia
prima existe, material humano calificado también, es cuestión de ver lo que
tenemos frente a nuestras narices, pensar y actuar.
Por otro lado, ya se
nos avecina un nuevo proceso electoral municipal y tengan por seguro que
ningunos de nuestros "preocupados y demagogos" candidatos, siquiera
van a tomar en cuenta este asunto en sus planes y propuestas de gobierno local.
Ya que el ornato, la
estética, la identidad, la historia no es fuerte de ningunos de ellos; y si no
miren ese desastre de plaza de armas que tenemos, es una vergüenza, es un
descuido total, el pavimento con unas tremendas quebradas, los jardines un
desorden total se siembran plantas sin ningún criterio técnico y que si no
fueran las lluvias, ni pasto existiría, las bancas y la pileta todas
destruidas. Esto es un ejemplo de la falta de criterio estético de nuestras
autoridades de turno. Otra cosa, en muy poco tiempo las paredes de las casas de
nuestros pueblos se convertirán en pizarrones gigantes de los politiqueros,
desfigurando aún más a nuestro paisaje urbano, sin respeto alguno por la
propiedad privada, no salvándose ni los postes de alumbrado ni las rocas y
muros de las carreteras, propagando lemas y facciones no conocidas en ciertos
candidatos. Todos tenemos que soportar las mentiras y argucias de conocidos y
desconocidos. Para mi entender y con un poco de humor, los carnavales deberían
coincidir con las elecciones ya que de esa manera serían los candidatos los
encargados de la decoración del pueblo, mostrando y pintando la ciudad con sus
caricaturescos rostros y con sus irrisorios lemas a todo color, tales como:
Honradez, Humildad, Seriedad, Transparencia, Trabajo, etc., ¿no creen que todo
esto suena a carnaval? estos personajes ganen o pierdan, siempre dejan sus
perjuicios en las paredes, postes, rocas, cerros, etc., y se olvidan de sus
lemas regresando a su vida normal.
Dejando sus máscaras
estampadas en todas partes. Resultado, una desfiguración total del paisaje
urbano y natural de los pueblos.
En conclusión, y para
no cansarles ya que muchos de nosotros no tenemos el hábito de la lectura,
quiero decirles que la belleza de un pueblo no está en que todas sus calles,
avenidas estén impecablemente pavimentadas o que las paredes de las casas estén
bien tarrajeadas y pintadas con pinturas envasadas o que los techos de las
casas estén bien proporcionados y cubiertos con brillantes, yo estoy consciente
que todo esto es parte de una solución de algún problema, bueno, lo positivo
del uso de la calamina está en que, ahorra tiempo en el techado, ahorra mano de
obra, ahorra materiales tales como el carrizo, clavos entre otros, además tapa
con más efectividad a las molestosas goteras que en épocas de lluvias son un
verdadero dolor de cabeza; pero lo negativo, está que en pocos minutos u horas
quizás dependiendo del área a cubrir, desaparece la historia, identidad y
tradición de un pueblo, su bello colorido y que para mí por supuesto es más
importante que el ahorro de unos cuantos soles.
Nota: No me considero un escritor, menos un
literato, es por eso quizás el lector va a encontrar muchos errores
lingüísticos y ortográficos, pero lo único que estoy expresando con palabras
sencillas sin necesidad de recurrir a un diccionario, lo que siento y pienso al
ver que mi pueblo al cual quiero mucho lo estamos transformando para mal y
nadie se atreve a poner coto a todo esto, queda solo la esperanza en que haya
alguien que tome en cuenta este problema y actúe antes que sea tarde.
GRACIAS
De la revista El Labrador 2002.
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