Distrito de Sucre en todo el Perú y el mundo.

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lunes, 9 de enero de 2012

Artículo: UNA RESPUESTA PERSONAL



Escribe: Wilson Zavaleta Pérez
El punto central de este artículo consiste en dar respuesta muy personal a dos preguntas formuladas a fines del año pasado por mi dilecto amigo Samuel Chamán Silva y su hermano Humberto. La primera, para explicar qué ha pasado con nuestro pueblo en estos últimos 50 años y la segunda, qué debemos hacer para que en el siglo XXI, seamos un pueblo con mayores niveles de bienestar y progreso; preguntas que son el común denominador en las charlas de nuestros paisanos y que intente dar una explicación en esta prestigiosa revista «El Labrador».

Para entender la situación actual del distrito de Sucre, debemos referirnos a la situación general del país. En efecto, el Perú es uno de los países más pobres del mundo. En el mapa de pobreza del Perú, Cajamarca es uno de los departamentos con mayores niveles de pobreza y la provincia de Celendín una de las más pobres. En consecuencia, el distrito de Sucre está conformado por una población con altos niveles de pobreza y, si tenemos en cuenta la tesis -que- la pobreza de los pueblos es un obstáculo casi insalvable para alcanzar su propio desarrollo y progreso, podría afirmarse que si no sucede una situación extraordinaria en términos de contar con mayores recursos económicos, la pobreza y el estancamiento serán el modus vivendi de nuestro querido distrito.

Se puede distinguir en el pueblo de Sucre: a) a los que radican en la ciudad de Sucre y b) a los que radican en distintas ciudades del país y el extranjero. Los que radican en el pueblo de Sucre, especialmente las mujeres, representan la población con mayores limitaciones de bienestar material, social, educacional y de empleo, quienes deben ser motivo de nuestra permanente preocupación para ser depositarios de nuestra cultura e identidad.

Los que radican en otras ciudades representan a la población que ha alcanzado mayores niveles de bienestar y muchos de ellos cuentan con significativos recursos económicos, téc­nico profesionales, políticos y sociales, por lo que son los llamados a contribuir solidariamente en el desarrollo de un proyecto que permita ingresar al siglo XXI con las mayores perspectivas de progreso y desarrollo.

Se puede distinguir en la evolución socio-económico del pueblo de Sucre una primera etapa, que culmina con la construcción del túnel. Esta se caracterizó por una economía agrícola eminentemente estacionaria, directamente relacionada con las limitaciones y bondades que generaba el embalsamiento y sequía de la laguna; otra actividad importante es la producción del sombrero de paja toquilla, que obligó a desarrollar las actividades que han distinguido al poblador sucrense: La venta de sombreros, anilinas, y otros artículos en diferentes ciudades del país. El transporte, a través de acémilas desarrolló la actividad de arrieraje.

Una segunda etapa del desarrollo del pueblo de Sucre está determinada por la puesta en funcionamiento del túnel, la utilización de los terrenos de la pampa del Común en forma permanente y la consolidación de las escuelas de primaria de mujeres y varones hasta la creación del colegio secundario San José de Sucre. Esta etapa se caracteriza por la práctica más intensiva de la agricultura, alcanzando mayores niveles de producción (maíz, frijol, etc.); desaparece la actividad del arriero; el comerciante viajero se transforma en estable y radica en otros pueblos del país; especialmente en las ciudades de Huánuco, Chachapoyas, Pucallpa y Lima entre otras. La oportunidad de culminar la primaria completa permitió que algunos sucrenses alcanzaran el colegio secundario para luego ingresar a las universidades; y los otros por el fenómeno de la migración se trasladaron a la ciudad de Lima en busca de empleo y progreso personal; la comercialización del sombrero tiene mayores dificultades; se advierte una incipiente actividad ganadera que alcanza su mayor desarrollo cuando el Concejo de Sucre da en alquiler la pampa del Común, primero al Sr. Pasión Marín, luego a la familia Rodríguez Chávez, culminando con el alquiler al Sr. Milciades Chávez Aliaga. Del mismo modo, el alquiler del fundo El Sauco; se trunca esta actividad con la aplicación de la ley de Reforma Agraria la cual afectó e inmovilizó a los fundos anteriormente señalados quedándose el Concejo sin ninguna fuente de recursos económicos. La venta de leche a la Cía. Nestlé obligó a efectuar esfuerzos en la construcción de la carretera Sucre-José Gálvez y Loma del Indio Sucre. La actividad comercial en esta etapa es intensa, tanto en el mercado de venta de ganado, mercado de abastos, así como el comercio de telas y artículos de primera necesidad: azúcar, sal, arroz, coca, etc., inclusive la producción de bebidas gaseosas «La Sucreñita».

Primera Promoción Sanjosefina, igual que las siguientes, deben mantenerse unidas para apoyar a su Colegio y su pueblo.

Una tercera etapa está determinada por la creación del Colegio de Secundaria San José de Sucre y que culmina con la construcción y puesta en funcionamiento de la mini central Yungapata. Se caracteriza por una gran movilización de ciudadanos sucrenses para la consolidación de la contratación de profesores y la construcción del colegio; la juventud que hasta esa fecha no tenía acceso mayoritario a estudiar secundaria se encuentra en las condiciones más favorables para proseguir sus estudios secundarios e intentar alcanzar la universidad o encontrar un empleo que le permita su realización personal.

Este contingente de sucrenses es actualmente el recurso potencialmente más rico con que cuenta el pueblo de Sucre. La estructura económica en este período sufre un retroceso significativo tanto en la actividad agrícola-ganadera y comercial; la desaparición de los estancos de sal, coca y tabaco contribuyen a la eliminación del mercado ganadero, disminución del mercado de abastos, desaparición del comercio de bienes y artículos de consumo, actividades comerciales que han sido absorbidas en su totalidad por la ciudad de Celendín, situación que viene acentuando el nivel de pobreza especialmente de las madres sucrenses, quienes sin mayores recursos económicos, sin energía eléctrica, produciendo los mismos sombreros a menores precios, vienen soportando sacrificadamente las mayores necesidades básicas y elementales. Esta etapa está culminando con uno de los efectos más importantes producidos en la ciudad de Sucre, me refiero a la puesta en funcionamiento de la mini central hidroeléctrica, que permite y permitirá dotar de energía y tener luz las 24 horas del día durante todo el año; asimismo la recuperación del fundo El Sauco, fundo El Común y Wirawira, conjuntamente con las promociones de estudiantes del Colegio San José de Sucre, constituyen el mayor patrimonio con el que cuenta nuestro pueblo y con quienes deberemos enfrentar el reto de alcanzar el desarrollo económico y social al que tenemos derecho a inicio del siglo XXI.

Esbozar un proyecto de desarrollo para el pueblo de Sucre, requiere un análisis del sentido de la vida, es decir, tener entendimiento cabal del sentido de las cosas que nos rodean. Así, debemos tener en cuenta que todo lo que hacemos y deseamos está ligado a la existencia de otras personas -comemos alimentos preparados por otras personas; vestimos y calzamos productos hechos por otras personas; vivimos en casas construidas por otras personas; casi todo lo que sabemos y conocemos nos fue transmitido por otras personas. Quiero decir que la vida externa e interna de nosotros se basa en el trabajo de otras personas vivas o muertas, por lo que alcanzar el desarrollo y el progreso requiere que toda la comunidad sucrense medite lo mucho que recibieron y reciben actualmente de nuestro pueblo, de tal manera que todos y cada uno de nosotros podamos cumplir solidariamente con elaborar un plan de desarrollo, financiarlo y ejecutarlo.

Mi visión del pueblo de Sucre.
Considerando que Sucre cuenta actualmente con uno de los patrimonios más importantes de la provincia - Fundos El Común, El Sauco, Wirawira y asimismo los recursos humanos más distinguidos del departamento, profesionales, comerciantes, empleados y políticos, y mano de obra desocupadas en la ciudad de Sucre; entonces mi visión para el año 2010 es:

-           Un pueblo que logre niveles de bienestar material, educacional y cultural compatibles con la dignidad humana y que representen un ejemplo para el desarrollo y progreso de los demás pueblos del interior del país. Deberá contar con Empresas que ad­ministran eficientemente la agro-industria, colocando en el mercado productos de la máxima calidad, tanto en ganadería, agricultura, piscicultura, forestación y productos lácteos.
-           Ha de contar con una empresa dedicada a la explotación y fomento del turismo, proporcionando a los turistas las mejores condiciones de recreación, esparcimiento, hospedaje y alimentación; haciendo uso racional de una laguna en la Pampa del Común, con casa-campo de recepción a los visitantes, complementando con un zoológico natural en la zona, canchas de fútbol, fulbito, tenis, frontón, vóley y juegos para niños que harán el deleite de todos los que visiten nuestro pueblo.
-           La planta eléctrica de Yungapata, generadora de energía, abastecerá 10 veces más de lo que produce actualmente y permitirá tener los mejores talleres de carpintería, metal-mecánica y cada una de las viviendas de los ciudadanos de Sucre contará con su refrigeradora, TV, video, teléfono, etc.
-           Contará con un «Fondo de Ayuda Mutua» que permitirá resolver los problemas más urgentes - enfermedades, sepelios y ayuda económica.
-           Contará con una «Fundación Alcibiades Horna» que fomentará y promocionará permanentemente en la juventud la educación y la cultura.
-           Las actividades económicas permitirán dar trabajo a toda la población activa del distrito y en muchos casos dará empleo a nuestros hermanos vecinos de José Gálvez, Celendín y Cajamarca.

Alcanzar esta visión exige la definición de un plan integral de desarrollo, cuyos objetivos serían:

1ro. Comprometer a las autoridades que rigen el destino de Sucre para que cedan en alquiler, por un período no menor de 15 años el fundo El Común para promover las actividades agro-industriales y en el fundo el Sauco la crianza y explotación del ganado de lidia.

2do. Comprometer a las autoridades la construcción de infraestructura que permita el desarrollo de la piscicultura crianza y comercialización de peses, como la trucha, carpa y camarones de malasia.

3ro. Comprometer y lograr la participación de los sucrenses más destacados para la elaboración de un plan estratégico de desarrollo.

4to. Comprometer a todas las promociones del Colegio San José de Sucre y Asociaciones representativas de nuestro pueblo a promover, fomentar y lograr la definición y cumplimien­to del plan estratégico de desarrollo.

Para definir el tan ansiado plan de desarrollo, propongo que la Asociación de Sucrenses de Cajamarca promueva reuniones de trabajo de cada una de las promociones del colegio, clubes y otros, asociaciones o generaciones de sucrenses para que aporten ideas, conocimientos y recursos económicos para el cumplimiento de estos objetivos, pudiendo ser la primera reunión el 17 de mayo de 1997 y la última reunión e inicio del plan en una plenaria de sucrenses a llevarse a cabo el 17 de mayo de 1998.

Pero todos estos planteamientos, hoy por hoy, puramente idealistas, se trocarán en feliz realidad cuando, previa una etapa de «Catequización Comunal Sucrense», se logre superar el status de egoísmo, mezquindad, acomodo personal, avaricia, insensibilidad hacia los más necesitados. En fin, todo aquello negativo que contradice la cooperación, solidaridad y ayuda mutua de parte de los que más tienen. Sólo así se podría superar la crisis que abruma, como a toda la humanidad, a nuestro querido lar natal.

De la revista El Labrador, mayo 1997.

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