Escribe: Wilson Zavaleta Pérez
El punto central de
este artículo consiste en dar respuesta muy personal a dos preguntas formuladas
a fines del año pasado por mi dilecto amigo Samuel Chamán Silva y su hermano
Humberto. La primera, para explicar qué ha pasado con nuestro pueblo en estos
últimos 50 años y la segunda, qué debemos hacer para que en el siglo XXI,
seamos un pueblo con mayores niveles de bienestar y progreso; preguntas que son
el común denominador en las charlas de nuestros paisanos y que intente dar una
explicación en esta prestigiosa revista «El Labrador».
Para entender la
situación actual del distrito de Sucre, debemos referirnos a la situación
general del país. En efecto, el Perú es uno de los países más pobres del mundo.
En el mapa de pobreza del Perú, Cajamarca es uno de los departamentos con
mayores niveles de pobreza y la provincia de Celendín una de las más pobres. En
consecuencia, el distrito de Sucre está conformado por una población con altos
niveles de pobreza y, si tenemos en cuenta la tesis -que- la pobreza de los
pueblos es un obstáculo casi insalvable para alcanzar su propio desarrollo y
progreso, podría afirmarse que si no sucede una situación extraordinaria en
términos de contar con mayores recursos económicos, la pobreza y el
estancamiento serán el modus vivendi de nuestro querido distrito.
Se puede distinguir en
el pueblo de Sucre: a) a los que radican en la ciudad de Sucre y b) a los que
radican en distintas ciudades del país y el extranjero. Los que radican en el
pueblo de Sucre, especialmente las mujeres, representan la población con
mayores limitaciones de bienestar material, social, educacional y de empleo,
quienes deben ser motivo de nuestra permanente preocupación para ser
depositarios de nuestra cultura e identidad.
Los que radican en
otras ciudades representan a la población que ha alcanzado mayores niveles de
bienestar y muchos de ellos cuentan con significativos recursos económicos, técnico
profesionales, políticos y sociales, por lo que son los llamados a contribuir
solidariamente en el desarrollo de un proyecto que permita ingresar al siglo
XXI con las mayores perspectivas de progreso y desarrollo.
Se puede distinguir en
la evolución socio-económico del pueblo de Sucre una primera etapa, que culmina
con la construcción del túnel. Esta se caracterizó por una economía agrícola
eminentemente estacionaria, directamente relacionada con las limitaciones y
bondades que generaba el embalsamiento y sequía de la laguna; otra actividad
importante es la producción del sombrero de paja toquilla, que obligó a
desarrollar las actividades que han distinguido al poblador sucrense: La venta
de sombreros, anilinas, y otros artículos en diferentes ciudades del país. El
transporte, a través de acémilas desarrolló la actividad de arrieraje.
Una segunda etapa del
desarrollo del pueblo de Sucre está determinada por la puesta en funcionamiento
del túnel, la utilización de los terrenos de la pampa del Común en forma permanente
y la consolidación de las escuelas de primaria de mujeres y varones hasta la
creación del colegio secundario San José de Sucre. Esta etapa se caracteriza
por la práctica más intensiva de la agricultura, alcanzando mayores niveles de
producción (maíz, frijol, etc.); desaparece la actividad del arriero; el
comerciante viajero se transforma en estable y radica en otros pueblos del
país; especialmente en las ciudades de Huánuco, Chachapoyas, Pucallpa y Lima
entre otras. La oportunidad de culminar la primaria completa permitió que
algunos sucrenses alcanzaran el colegio secundario para luego ingresar a las
universidades; y los otros por el fenómeno de la migración se trasladaron a la
ciudad de Lima en busca de empleo y progreso personal; la comercialización del
sombrero tiene mayores dificultades; se advierte una incipiente actividad
ganadera que alcanza su mayor desarrollo cuando el Concejo de Sucre da en
alquiler la pampa del Común, primero al Sr. Pasión Marín, luego a la familia
Rodríguez Chávez, culminando con el alquiler al Sr. Milciades Chávez Aliaga.
Del mismo modo, el alquiler del fundo El Sauco; se trunca esta actividad con la
aplicación de la ley de Reforma Agraria la cual afectó e inmovilizó a los
fundos anteriormente señalados quedándose el Concejo sin ninguna fuente de
recursos económicos. La venta de leche a la Cía. Nestlé obligó a efectuar
esfuerzos en la construcción de la carretera Sucre-José Gálvez y Loma del Indio
Sucre. La actividad comercial en esta etapa es intensa, tanto en el mercado de
venta de ganado, mercado de abastos, así como el comercio de telas y artículos
de primera necesidad: azúcar, sal, arroz, coca, etc., inclusive la producción
de bebidas gaseosas «La Sucreñita».
Primera Promoción
Sanjosefina, igual que las siguientes, deben mantenerse unidas para apoyar a su
Colegio y su pueblo.
Una tercera etapa está
determinada por la creación del Colegio de Secundaria San José de Sucre y que
culmina con la construcción y puesta en funcionamiento de la mini central
Yungapata. Se caracteriza por una gran movilización de ciudadanos sucrenses
para la consolidación de la contratación de profesores y la construcción del
colegio; la juventud que hasta esa fecha no tenía acceso mayoritario a estudiar
secundaria se encuentra en las condiciones más favorables para proseguir sus
estudios secundarios e intentar alcanzar la universidad o encontrar un empleo
que le permita su realización personal.
Este contingente de
sucrenses es actualmente el recurso potencialmente más rico con que cuenta el
pueblo de Sucre. La estructura económica en este período sufre un retroceso
significativo tanto en la actividad agrícola-ganadera y comercial; la
desaparición de los estancos de sal, coca y tabaco contribuyen a la eliminación
del mercado ganadero, disminución del mercado de abastos, desaparición del comercio
de bienes y artículos de consumo, actividades comerciales que han sido
absorbidas en su totalidad por la ciudad de Celendín, situación que viene
acentuando el nivel de pobreza especialmente de las madres sucrenses, quienes
sin mayores recursos económicos, sin energía eléctrica, produciendo los mismos
sombreros a menores precios, vienen soportando sacrificadamente las mayores
necesidades básicas y elementales. Esta etapa está culminando con uno de los
efectos más importantes producidos en la ciudad de Sucre, me refiero a la
puesta en funcionamiento de la mini central hidroeléctrica, que permite y
permitirá dotar de energía y tener luz las 24 horas del día durante todo el
año; asimismo la recuperación del fundo El Sauco, fundo El Común y Wirawira,
conjuntamente con las promociones de estudiantes del Colegio San José de Sucre,
constituyen el mayor patrimonio con el que cuenta nuestro pueblo y con quienes
deberemos enfrentar el reto de alcanzar el desarrollo económico y social al que
tenemos derecho a inicio del siglo XXI.
Esbozar un proyecto de
desarrollo para el pueblo de Sucre, requiere un análisis del sentido de la
vida, es decir, tener entendimiento cabal del sentido de las cosas que nos
rodean. Así, debemos tener en cuenta que todo lo que hacemos y deseamos está
ligado a la existencia de otras personas -comemos alimentos preparados por
otras personas; vestimos y calzamos productos hechos por otras personas;
vivimos en casas construidas por otras personas; casi todo lo que sabemos y
conocemos nos fue transmitido por otras personas. Quiero decir que la vida
externa e interna de nosotros se basa en el trabajo de otras personas vivas o
muertas, por lo que alcanzar el desarrollo y el progreso requiere que toda la
comunidad sucrense medite lo mucho que recibieron y reciben actualmente de
nuestro pueblo, de tal manera que todos y cada uno de nosotros podamos cumplir
solidariamente con elaborar un plan de desarrollo, financiarlo y ejecutarlo.
Mi visión del pueblo de Sucre.
Considerando que Sucre
cuenta actualmente con uno de los patrimonios más importantes de la provincia -
Fundos El Común, El Sauco, Wirawira y asimismo los recursos humanos más
distinguidos del departamento, profesionales, comerciantes, empleados y
políticos, y mano de obra desocupadas en la ciudad de Sucre; entonces mi visión
para el año 2010 es:
- Un pueblo que logre niveles de
bienestar material, educacional y cultural compatibles con la dignidad humana y
que representen un ejemplo para el desarrollo y progreso de los demás pueblos
del interior del país. Deberá contar con Empresas que administran
eficientemente la agro-industria, colocando en el mercado productos de la
máxima calidad, tanto en ganadería, agricultura, piscicultura, forestación y
productos lácteos.
- Ha de contar con una empresa dedicada
a la explotación y fomento del turismo, proporcionando a los turistas las
mejores condiciones de recreación, esparcimiento, hospedaje y alimentación;
haciendo uso racional de una laguna en la Pampa del Común, con casa-campo de
recepción a los visitantes, complementando con un zoológico natural en la zona,
canchas de fútbol, fulbito, tenis, frontón, vóley y juegos para niños que harán
el deleite de todos los que visiten nuestro pueblo.
- La planta eléctrica de Yungapata,
generadora de energía, abastecerá 10 veces más de lo que produce actualmente y
permitirá tener los mejores talleres de carpintería, metal-mecánica y cada una
de las viviendas de los ciudadanos de Sucre contará con su refrigeradora, TV,
video, teléfono, etc.
- Contará con un «Fondo de Ayuda Mutua»
que permitirá resolver los problemas más urgentes - enfermedades, sepelios y
ayuda económica.
- Contará con una «Fundación Alcibiades
Horna» que fomentará y promocionará permanentemente en la juventud la educación
y la cultura.
- Las actividades económicas permitirán
dar trabajo a toda la población activa del distrito y en muchos casos dará
empleo a nuestros hermanos vecinos de José Gálvez, Celendín y Cajamarca.
Alcanzar esta visión
exige la definición de un plan integral de desarrollo, cuyos objetivos serían:
1ro. Comprometer a las
autoridades que rigen el destino de Sucre para que cedan en alquiler, por un
período no menor de 15 años el fundo El Común para promover las actividades
agro-industriales y en el fundo el Sauco la crianza y explotación del ganado de
lidia.
2do. Comprometer a las
autoridades la construcción de infraestructura que permita el desarrollo de la
piscicultura crianza y comercialización de peses, como la trucha, carpa y
camarones de malasia.
3ro. Comprometer y lograr
la participación de los sucrenses más destacados para la elaboración de un plan
estratégico de desarrollo.
4to. Comprometer a
todas las promociones del Colegio San José de Sucre y Asociaciones
representativas de nuestro pueblo a promover, fomentar y lograr la definición y
cumplimiento del plan estratégico de desarrollo.
Para definir el tan
ansiado plan de desarrollo, propongo que la Asociación de Sucrenses de
Cajamarca promueva reuniones de trabajo de cada una de las promociones del
colegio, clubes y otros, asociaciones o generaciones de sucrenses para que
aporten ideas, conocimientos y recursos económicos para el cumplimiento de
estos objetivos, pudiendo ser la primera reunión el 17 de mayo de 1997 y la
última reunión e inicio del plan en una plenaria de sucrenses a llevarse a cabo
el 17 de mayo de 1998.
Pero todos estos
planteamientos, hoy por hoy, puramente idealistas, se trocarán en feliz
realidad cuando, previa una etapa de «Catequización Comunal Sucrense», se logre
superar el status de egoísmo, mezquindad, acomodo personal, avaricia,
insensibilidad hacia los más necesitados. En fin, todo aquello negativo que
contradice la cooperación, solidaridad y ayuda mutua de parte de los que más
tienen. Sólo así se podría superar la crisis que abruma, como a toda la
humanidad, a nuestro querido lar natal.
De la revista El Labrador, mayo 1997.
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