Grandes esfuerzos y
no pocos recursos han desplegado los antiguos Huauqueños y diversas administraciones
municipales en desecar la laguna Huaucococha, también llamada Millpo con el mérito
de ganarle terreno y de esta forma ver acrecentados sus ingresos comunales, según
reza el acuerdo de Concejo.
El deseo ansioso
por secar la laguna tuvo un fin doble para los sucrenses; económicos y de
seguridad para el pueblo por la amenaza que Esta significaba, fue aprovechado
por políticos bisoños utilizándolo como caballito de batalla, para sus propios
intereses. En 1923 el Alcalde Don Francisco Sánchez presento en sesión de
Concejo una moción en la que corrobor6 el vano esfuerzo, deplorando lo gaseoso
de las ofertas electoreras dijo: "que desde tiempo inmemorial el Concejo
Municipal de este distrito, viene poseyendo el terreno de la campifia que
constituye el !echo de la laguna que se forma en la estación de lluvia, terreno
cuya extensión superficial se calcula, aproximadamente, en 40 hectáreas, siendo
la renta anual que produce tan insignificante que solo alcanza a 6o soles, suma
que llegaría a ser décuplo si se llegaría a desecar el terreno, dando curso a
las aguas llovedizas por medio de un corte o rompimiento de la Conga de Urquía
(sic).
En esta corta sustentación
el Sr. Sánchez continua enérgico: "No intentaré hacer en este momento, una larga
historia de las empresas que se han iniciado y los fracasos que se han obtenido
en el noble empeño de desecar los terrenos de nuestra campiña; desilusionado
por amargas experiencias de lo que valen en realidad las promesas y apoyo que
los han ofrecido los representantes de la provincia debemos encarar
resueltamente el problema de la desecación de nuestra campiña ateniéndonos únicamente,
a nuestro propio esfuerzo, porque solo son grandes los pueblos que marchan con resolución
y entusiasmo hacia el ideal de sus engrandecimiento". La moción del señor alcalde
después de sus persuasivas y enérgicas palabras fue aceptada, sin réplica.
Sin embargo, la
empresa de secar la laguna, pese a que se dieron pasos efectivos lográndose con
la participación de 100 braseros, abrir un zanjón quedo solamente en intento
como los anteriores. El sucrense del siglo pasado no conoció de debilidad y
continuo tenaz para conseguir sus sueños de ver seca a la campiña que orla
Sucre, después de 10 años en 1933 el alcalde Don Rafael Aliaga Horna se decidió
echar al traste de los esfuerzos fallidos uno más a los muchos desde aquel
lejano año 1905. En sesión del 15 de setiembre de 1933 el referido alcalde
informo que en mérito a sus gestiones, el supremo gobierno ha enviado un comisionado
para estudiar la obra de desecación de la laguna, misión recaída en el
ingeniero Rabanal el mismo que ha manifestado ante este Concejo que la mente
del gobierno es atender el memorial proporcionando herramientas y explosivos
necesarios para verificar la obra de desecación con un corte al morro o conga
trabajo que se realizó con la fuerza de los viales aplicado a los pueblos de
Jorge Chávez José Calvez y al propio Sucre.
Sin embargo ese
nuevo ensayo, que incluyo la participación del estado también fracaso; los
sucrenses desconcertados ante la imposibilidad de poder alcanzar sus deseos, no
perdieron la esperanza de lograrlo algún día y ese día llegó el año 1940
cuando un hijo epónimo, don Clodomiro Chávez Marinas, logra una curul en la Cámara
de Diputados; desde su butaca el diputado por Celendín; pidió al gobierno la realización
de esa acariciada obra, advirtiendo al presidente Don Manuel Prado que si la
obra no se emprendería la laguna acabaría engulléndose a 3 pueblos y a varios
anexos.
La obra empezó el año
de 1940, bajo la supervisión inicial del ingeniero Tisieres de origen italiano,
después lo hizo el ingeniero José María Zegarra; 7 años más tarde la obra de desagüe
de la laguna quedo terminada. Las aguas liberadas a través de un túnel de 608 metros
formaron el rio Lealmayo. El terreno ganado a la laguna fue adjudicado al
Concejo de Sucre mediante resolución suprema N° 234 del 18 de Julio de 1951. El
alcalde que recepcionó la obra y las tierras ganadas a la laguna fue Don Alcibíades
Horna.
Fuente: Revista Eco Sucrense Año X -número 10- 2015
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