Por
Jorge Horna.
Peregrinaje cultural
(Mayo
2010)
Capulí, Vallejo y su tierra es un movimiento cultural que
impulsa una visita anual (mayo) a Santiago de Chuco, una de las provincias del
departamento de La
Libertad. Son once años de consecutiva convocatoria. Esta vez
la caravana emprendió viaje desde Lima el jueves 20 de mayo. Danilo Sánchez
Lihón, el gestor del evento, de tramo en tramo alienta a los viajeros a entonar
canciones populares dentro del ómnibus. En el trayecto de Trujillo a Santiago
de Chuco, también nos alcanza datos interesantes sobre los itinerarios y
periplos que en diversas ocasiones recorrió Vallejo, además de las
peculiaridades de los villorrios, caseríos y accidentes geográficos que vamos
espectando.
El
viernes 21 a las seis de la tarde es el arribo al destino fijado. Entusiastas
delegaciones de colegiales junto a sus profesores desde la entrada al pueblo
acompañan a los visitantes con sus bandas de música. Ya en la plaza principal
un representante de la
Municipalidad brinda las palabras de bienvenida, aprovechando
una pausa del jolgorio encabezado por los “Pallos”, danzantes típicos del lugar.
La casa del poeta
Sábado
22 de mayo. Desde temprano el sol en la tierra de Vallejo empieza a calentar
los tejados de la ciudad y también las piedras de la campiña.
La
antigua casa donde nació el poeta, con su empedrado patio, los dos árboles de capulí
y el poyo que está junto a la cocina, nos brinda su tibio abrazo.
“Humo de la cocina, aperitivo
de gesta en este
bravo amanecer.
El último lucero
fugitivo
lo bebe, y, ebrio
ya de su dulzor”
**
“ Hermano, hoy
estoy en el poyo de la casa,
donde nos haces
una falta sin fondo!
Me acuerdo que
jugábamos esta hora, y que mamá
nos acariciaba…”
Allí
nació el hombre que mejor supo reflejar el dolor y el ansia de liberación del
ser humano. Desde los corredores y pasadizos de tierra apisonada, los ecos del
crujir de las robustas puertas artesanales trepan por los pilares de eucalipto
hasta hacerse melodía en la techumbre.
En uno
de los rincones del amplio patio de forma angular está el dormitorio donde
-según el lugareño don Francisco Miñano (informante longevo y que recogió datos
cercanos) –nació César Vallejo. Las otras habitaciones, a excepción de la
cocina, tienen el piso enmaderado con retazos de tablas que antaño servían de
embalaje para diversos productos provenientes de países de ultramar.
Una
puerta enlaza a otro ambiente –en realidad la casa de dos pisos que el padre de
Vallejo adquirió cuando los hijos venían a este mundo uno tras otro-. Allí hay
una acogedora sala y dentro de ella otro pequeño e íntimo cuarto que fue el
adoratorio de la familia. Alrededor del patio, una habitación que posiblemente
fue el almacén o depósito, están aún dos monturas cabalgaduras de cuero
repujado. Y las escaleras que van al segundo piso.
***
En la
primigenia casa, Danilo Sánchez dirige un espontáneo homenaje al autor de Trilce y Los heraldos negros. Margot Palomino con su cautivante voz echa al
aire sus cantos, don Francisco Miñano responde ávido a las preguntas, y que le
dan la oportunidad de esclarecer -a veces poner en duda -diversos datos
biográficos. Declama el profesor de primaria Segundo Vara con una admirable
memoria y expresividad pocas veces escuchada, el íntegro del poemario España, aparta de mí este cáliz.
En lo
que queda de la mañana en el auditorio municipal se desarrollan conferencias y
ponencias literarias, culturales y lectura de poesía; participaron, entre
otros, las escritoras Olga Toro Muñoz, de Chile, Nelly Córdova, de Ecuador; el dramaturgo Juan
Rivera Saavedra, el escritor Ángel Gavidia y otros talentosos expositores
nacionales. Es mediodía y en la plaza la claridad enaltece el busto de César
Vallejo y a otro costado, frente a la iglesia, el monumento al “Pallo”. Por la
tarde: Cachicadán, un apacible distrito de Santiago de Chuco, a dos horas de
distancia, pródigo con sus aguas termales.
El retorno
es el día domingo 23 a las dos de la tarde. Habiendo todavía tiempo, el poeta
médico Ángel Gavidia, persuade a un reducido grupo de amigos para visitar el
cementerio del pueblo. Las tumbas de dos de los hermanos de César Vallejo:
Natividad y Augusta, y de Otilia Vallejo, una pariente, son los vivos
testimonios de inspiración.
“ Luciré para Tilia, en la tragedia
mis
estrofas en óptimos racimos;
sangrará cada fruta melodiosa,
como un sol funeral, lúgubres
vinos.
Tilia tendrá la cruz
que
en la hora final será de luz!”
Hacia
el interior, la tumba de los progenitores del poeta: un pedestal de cemento con
una hermosa roca situada al centro. Ángel Gavidia, vallejiano perenne, extrae
un libro del morral que siempre lleva al hombro, y le entra a la lectura con
emocionada entonación (“Idilio muerto”, “Ágape”, “Dios”); quedó pendiente leer
“Ascuas”, el poema referido a Tilia, el amor de Vallejo.
A las
dos de la tarde le decimos hasta pronto a esta tierra que con sus sembríos y su
gente sencilla y serena, parió y crió a un gran genio de la literatura
universal. Ya dentro del ómnibus en marcha y cuando cae el atardecer, se inicia
una de las mesas redondas más originales en torno a los versos de Vallejo.
Intervienen interpretando textos de diversos libros, los profesores
universitarios Carlos Castillo, Julio Yovera, Danilo Sánchez y el poeta y
narrador Ángel Gavidia. Hay atingencias y comentarios de los peregrinos
culturales, y al finalizar permanece más impregnado que nunca el amor y respeto
a la obra vallejiana, que realmente nos convoca a infinitas búsquedas.
Remembranza
también al pintor, poeta y periodista Luis Albitres Mendo y al acordeonista
Pedro Salazar Rosales, con quienes compartimos alojamiento, buena conversa y
música y canturria embriagadoras en Cachicadán.
Desde
Trujillo se reembarca la caravana a Lima a las once de la noche.
Lima, martes 25 de mayo de 2010.
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